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Asunto: La Leyenda de Tuliel
 Publicado: 31 Ene, 2005 - 10:01 PM
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*wason-lp *wasoon-lp *wason-lpHC //// D3: wasonlp#2364
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Buenas gente. 
Se me ha ocurrido dejaros aqui una historieta que escribí hace algun tiempo (2 años ya creo). Es un "cuento" o una leyenda narrada por un personaje en una taberna de un mundo distinto al nuestro (y también distito al de Diablo, que quede claro). Lo escribí despues de leer los "Cuentos perdidods" de Tolkien, asi que hay una cierta influencia.. ...nombres rimbombantes que se repiten sin cesar, y una narrativa un poco empalagosa de mas, pero bueno no me apetece "revisarlo" porque posiblemente reescribiria la mitad.
Solo lo pongo como lectura pasatiempo, se de sobra que no es gran cosa.
Nada mas, que lo disfruteis.................
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 La Leyenda de Tuliel
Pero entonces habló Larmiel, y dijo: -No hables de lo que no sabes Melik, pues la persona de quien hablas se llamaba Tuliel Mormakil que quiere decir El líder y en otras lenguas se le conocía como Tuliel Hurmothod, el de la espada llameante; y fue el más fiero guerrero que hayan conocido estas bellas tierras que ahora llamamos hogar solo gracias a él.
Ahora bien cuando esto fue dicho, todos los presentes en el Salón de las Mil Chimeneas quedaron alborotados; y unos regañaban a Melik por haber mencionado a Tuliel, pero otros se alegraban de que hubiera por fin llegado el momento de los cuentos y leyendas, pues sospechaban que Larmiel contaría a continuación, lo que sabía acerca de Tuliel, que no era poco. Y así, Hessther, la señora de la casa dijo: -OH Larmiel, tu que eres invitado de honor en ésta mi humilde morada, por favor no seas callado y cuéntanos la triste historia del más grande hijo de los hombres. Y a esto respondió Larmiel:– No creo yo que sea oportuno contar todo lo que sé ante tantos viajeros y extraños presentes; Pero no osaría contrariar los deseos de una mujer de vuestra talla. Así que ya que soy vuestro humilde invitado, contaré para todos los presentes la historia de Tuliel:
<<Su historia comienza en las extensas praderas de Dorlin, no lejos del sitio donde nos encontramos. Al comienzo de la segunda era, poco después de la retirada de los mares a las tierras más profundas, Saraiy, consorte de Tolion, rey de Dorlin y miembro del gran concilio de las razas libres, concibió por fin un varón. Y a ese hijo tan esperado le llamaron Tuliel.
Desde el día de su nacimiento, el joven príncipe obtuvo el amor y respeto de cuantos le rodeaban. Su madre y hermanas mayores le cuidaban sin descanso y atendían todos sus deseos; y de entre ellas, Sesi, la más pequeña, era la preferida de Tuliel. Los dos retoños más jóvenes del rey eran, en verdad, inseparables; juntos salían de cacería o atormentaban a los ancianos de la corte con sus juegos. Se decía no sin razón, que Sesi fue el hermano que el príncipe necesitaba y que nunca llegó a tener.
Y de todo esto se alegraba el rey, pues quería lo mejor para su hijo; y cuando acudían a él pidiendo ayuda por las trastadas de sus hijos menores y le pedían que pusiera fin a tales cosas imponiendo algún castigo, él reía por largo tiempo y al fin solo llegaba a responder: -Y qué quereis que haga, después de todo son Mis pequeños.- Y Tuliel y Sesi solían estar cerca escondidos y reían al escuchar la respuesta de su padre y las caras de los otros.
Fue en esta época cuando Tuliel aprendió a manejar diestramente tanto la espada como la daga, ya que tuvo por maestros a los más expertos espadachines de todo el reino de Dorlin y de otros reinos amigos. Y también era bueno el joven príncipe con el arco, ya que tenía una prodigiosa puntería. Y le gustaba usar el arco, y sobre todo uno que Sesi le había hecho con la mejor madera de roble; y los dos solían salir a escondidas para practicar en el bosque. Pero de entre todas las cosas, lo que mejor se le daba y lo que más le gustaba era montar a caballo; tal era la herencia de su pueblo.
Así de feliz fue la infancia de Tuliel, y no lo fue menos su juventud, aunque si fue más accidentada. Pues llegó un caluroso día de verano, el día del decimosexto cumpleaños del príncipe, en el que el rey le regaló su primer caballo de caza y fue también la primera vez que lo llevó junto con él y otros grandes señores de Dorlin, a la gran cacería de tornñus. Pues debéis saber que en aquellos tiempos aún existían estas bellas bestias que eran en verdad gloriosas: tan grandes y robustas como las reses, listas como los pequeños roedores y tan nobles y veloces como el mejor corcel. Y debéis saber también que era tradición que a partir de la edad de dieciséis años, todo varón de Dorlin debía participar por vez primera en la cacería de estos animales.
Después de un gran banquete celebrado a media mañana, el rey Tolion, el príncipe Tuliel y un numeroso séquito de nobles Hombres, salieron a las praderas en busca de un digno rebaño de Tornñus. Llegado el medio día solo lograron divisar un par de animales descarriados, pero la Caza requería un gran macho adulto y éstos se encontraban solo cerca de las manadas cuidando del resto.
Pasaron horas y lo único que se cazó fue algún corzo, para el almuerzo o incluso la cena, si la cacería se alargaba demasiado. Y Tolion estaba molesto con los animales por estropear la Cacería de su hijo, y lanzaba insultos al aire y maldecía a Tñuum, el dios de la caza, por proteger en demasía a sus bellas bestias; pues se decía que en ocasiones, el mismo Tñuum, incluso tomaba la forma de una de sus criaturas y pasaba tiempo entre ellas. Pero Tuliel entendía bien a estos animales pues pasaba mucho tiempo lejos de los límites del reino observándolas, y trataba de tranquilizar a su padre. –No os preocupéis más, mi buen padre; y por los dioses no ofendáis más a Tñuum, pues suya no es la culpa de que no encontremos a sus protegidos. Según creo, en esta época del año, cuando los ríos menguan y los pequeños lagos y arroyos se secan, las grandes manadas de tornñus vagan hacia el sur en busca de tierras más refrescantes.
-Entonces, si lo que dices es cierto, y en toda tu vida no he oído que persona alguna se quejara de tu palabra, hemos de cambiar nuestro rumbo y dirigirnos al sur.- Y tras decir esto, llamó el rey a sus mejores exploradores y les contó lo que debía hacerse, y de entre todos ellos, fue el más joven el que se ofreció para adelantarse al resto y encontrar una buena manada.
-Yo, Bongan Milojos, el explorador Hômeg, me adelantaré y encontraré la manada con el macho más vigoroso de todos, para que la gran Caza de mi buen príncipe sea la más gloriosa de la historia de Dorlin.- Y ante esto Tuliel se alegró, pues conocía bien a Bongan, ya que desde pequeños él y Sesi le pedían que les llevara a bosques y arroyos lejanos, y el explorador siempre lo hacía de buen grado.
Pero el rey no estuvo de acuerdo con la petición de Bongan, ya que éste era un Hômeg, un medio hombre, y el rey desconfiaba de esta mágica raza.-Tú eres demasiado joven e inexperto para esta misión Bongan. El que lo haga deberá ser Hotod Henar, mi explorador jefe.- Ante estas palabras Bongan agachó la cabeza y se retiró mientras Hotod se adelantaba para cumplir con su misión. Entonces intervino Tuliel, que estaba enfadado pues conocía los verdaderos motivos que tenía su padre para rechazar la oferta del Hômeg.
-Escúchame padre, rey de Dorlin.-Y dijo esto bien alto para que todos los que estaban cerca lo oyeran.- Yo, Tuliel, voy a pedirte un favor. Lo que quiero es que permitas a Bongan que realice la tarea de encontrar una manada digna de un príncipe; pues conozco bien a este explorador y doy fe de que es el mejor de todo vuestro reino.
-Pero hijo mío, - respondió el rey.- Ya he enviado a Henar a cumplir con esa misión, y es mi explorador jefe y el más experimentado.
-Entonces padre, si tan seguro estáis de que Hothod Henar encontrará la manada con el macho más glorioso de todo el reino, yo os propongo un juego, una competición más bien. Dejareis ahora que Bongan parta hacia el sur en busca de la mejor manada del reino, y aunque parte con desventaja ya que Hotod partió ya hace rato, yo os aseguro que encontrará para mí el mejor macho que se haya cazado nunca, y que lo hará antes de que vuestro explorador jefe haya encontrado manada alguna.
-Si confías tanto en eso, hijo mío, por qué no convertimos la competición en apuesta?
-Por supuesto padre. Si tenéis razón, y Hotod Henar vuelve con noticias de una gran manada antes que Bongan, entonces yo prometo hacer exactamente lo que vos queráis durante un mes.- Al oír esto, el rey sonrió abiertamente, pues llevaba mucho tiempo queriendo comprometer a Tuliel con Yimxied Xixabied, la heredera del reino aliado de Marixed, y pensaba que ésta era la oportunidad. –Pero si yo tengo razón, y el primero en volver es Bongan Milojos, entonces deberéis nombrarlo explorador jefe de la Guardia de Dorlin.
Al oír la apuesta, Bongan protestó respetuosamente, ya que no podía ni imaginarse que por su culpa el príncipe tuviera que hacer lo que el rey quisiera. Pero Tuliel le mandó callar y le tranquilizó:
-No te preocupes por mí, Bongan, pues confío plenamente en tus habilidades y sé que no perderé la apuesta. Así pues, Qué decís padre, aceptáis la apuesta o no?
-Por supuesto hijo mío. Solo espero que cumplas con tu parte si pierdes.
-Lo mismo espero yo padre.- Tuliel dijo esto sonriendo, y después miró a Bongan con la misma sonrisa en la cara.
Inmediatamente, Bongan Milojos el explorador Hômeg, emprendió al galope la búsqueda de un gran macho tornñú, para cumplir con las expectativas y esperanzas que Tuliel, príncipe de Dorlin, había depositado en él y sus habilidades.
Pasaban las horas y la expedición seguía su lento viaje hacia el sur esperando noticias de alguno de los dos exploradores. Mientras avanzaban, las pocas mujeres que participaban en las cacerías, entre ellas la alegre princesa Sesi, cantaban antiguas baladas para atraer y amansar a las bestias. Los hombres contaban historias y leyendas pasadas sobre grandes cacerías. A la cabeza de la marcha, el rey y el príncipe cabalgaban en silencio pensando en la apuesta que habían hecho, y concentrados oteando el horizonte en busca del explorador de su confianza.
Poníase ya el sol, cuando de entre un tumulto de altos robles, salió a galope tendido Bongan Milojos, dirigiéndose directamente hacia el príncipe. Tan rápido se acercó el Hômeg que encabritó a los caballos de la guardia del rey provocando alguna caída y no pocos reproches. Pero Bongan no tenía tiempo ahora de disculparse pues traía una gran noticia.
-Lo he logrado! He encontrado el Tornñú más grande que jamás hayáis visto, Tuliel!- El buen Bongan estaba eufórico, tanto que se había saltado todas las normas protocolarias. De esto se dio cuenta al sentir la dura mirada de reproche del rey. –Siento ser tan descortés y atrevido rey Tolion- se apresuró a decir. –pero temo que si no nos damos prisa su hijo podría perder la oportunidad de cazar al Tornñú más grande de nuestra era.
Antes de poder responder, el rey se vio interrumpido por su hijo, que estaba enormemente contento con la noticia que había traído el explorador.
-No perdamos más tiempo, amigo Bongan, muéstrame el camino para que dé comienzo la caza.- Miró después hacia atrás para dirigirse al resto. –Los que quieran y puedan que me sigan, y verán la cacería más gloriosa de todos los tiempos.- Y sin más, partieron al galope, príncipe y explorador como dos gotas de granizo llevadas por un viento huracanado. Tras unos momentos de indecisión, el rey espoleó su montura y se dirigió, seguido por su guardia y casi todo la expedición, hacia los árboles tras los que había desaparecido su hijo.
Montados en magníficas monturas, los dos amigos atravesaron un poblado robledal y un erosionado monte en apenas unos minutos. Al llegar a la cima, Bongan señaló en dirección suroeste para indicar a Tuliel hacia donde mirar. Y allí abajo, a escasos cien metros, vio Tuliel al enorme macho Tornñú que Bongan le había prometido.
-Te ruego Tñuum, gran dios de la caza y de las bestias, que intercedas por mi en este momento. Haz de tu amada criatura un enemigo digno de Tuliel, príncipe de Dorlin, y bendice con tu presencia la cacería que se avecina.- Tras la plegaria a Tñuum, que era la forma oficial de comenzar la cacería, Tuliel se lanzó al galope hacia la manada.
El ruido de los cascos chocando contra la ladera alertó a los animales. Las hembras guiaban a sus crías lejos del peligro, mientras los machos formaban un circulo alrededor de éstas para protegerlas; pero el macho dominante no tenía intención de huir. El enorme macho de unos 8cientos kilos se colocó entre Tuliel y su manada con la intención de enfrentarse a la amenaza. Cuando Tuliel estuvo a unos ochenta metros, el tornñú se lanzó a su encuentro.
Bongan observaba la escena desde la distancia, pero su naturaleza hômeg le permitía captar hasta el mas mínimo detalle. Para él la escena era como una representación teatral, en la cual Tuliel y su caballo constituían un único personaje que se enfrentaba al reto de derrotar al enorme tornñú. Las dos figuras avanzaban a gran velocidad hacia su inevitable encuentro, y el combate resultante sería a muerte.
Cuando estaban a unos treinta metros, Tuliel instintivamente se llevó la mano a la espalda para empuñar su arco. Era un jinete experto y un diestro arquero, así que mientras galopaba a gran velocidad podía apuntar con su arco y disparar con mortal puntería. Esperó el momento oportuno y disparó una flecha directa contra una de las patas delanteras del animal; solo quería que perdiera cierta movilidad, ya que la verdadera lucha se libraría a pie. El macho se tambaleó ligeramente al sentir el impacto, pero no perdió el equilibrio ni la determinación, de hecho parecía avanzar con más fuerza y velocidad que antes. A Tuliel se le dibujó una sonrisa en el rostro, en verdad su buen amigo había encontrado un animal digno de la cacería del más grande rey. Pensó en un segundo disparo, pero ya no había tiempo. Guardó su arco, empuñó la espada y esperó el impacto.
El tornñú envistió con una fuerza brutal. Golpeó al caballo en un costado alcanzando también el pie de Tuliel. El caballo calló con fuerza y Tuliel salió disparado. Se incorporó rápido aunque de forma tosca ya que tenía un pie prácticamente inútil; pero no había tiempo para preocuparse, el gran macho se había vuelto y se disponía a terminar con su enemigo que ahora se había dividido en dos. Miró un segundo a los dos y se decidió por envestir al caballo, que no conseguía ponerse en pié.
Tuliel aprovechó el momento. Saltó por encima de su caballo y se colocó ente éste y la encolerizada bestia, colocando su espada de forma que fuera como una pica. Este nuevo movimiento no asustó a la bestia que siguió con su intención de atacar. Y se produjo el enfrentamiento, un choque de titanes, la bestia saltó hacia su enemigo con su poderosa cornamenta por delante, no había margen de error, Tuliel se tumbó por completo manteniendo en alto únicamente la espada; en ese último instante, la bestia pareció darse cuenta de la trampa hacia la que se abalanzaba, pero ya no podía hacer otra cosa que intentar morir matando.
Y la tierra se tiñó de rojo. El caballo, en pie al fin, se apartó de la escena. Los dos contendientes, los dos enemigos, permanecían en el suelo uno junto al otro sin moverse, cual pareja de enamorados enlazados en el más tierno abrazo.
Esta última escena fue presenciada desde lejos por Bongan, y también por el rey Tolion y los otros, que habían llegado a la cima del monte justo en ese momento. Y se lanzaron vítores y alabanzas por Tuliel por la gran valía demostrada en la cacería. Pero también se oyeron exclamaciones de preocupación ya que el príncipe no se movía. Fue la princesa Sesi la primera en espolear a su caballo para acudir en ayuda de su hermano..............
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Acepto cualquier tipo de critica constructiva, pero qu conste que lo escribi hace mucho tiempo y yo mismo le veo muchos fallos.... no lo he cambiado por cariño a una de las primeras cosas que me puse a escribir "en serio"  .
Saludos  |
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Publicado: 31 Ene, 2005 - 11:40 PM
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05 Jun 2003 |
ay, con lo mucho que me gusta leer vuestros cuentos y el poco tiempo que tengo...
Bueno, lo pongo de post-it, espero que sea tan bueno como el que te otorgó estar entre los mejores de aquel concurso que hicimos en noviembre (que por cierto, aún te tengo que dar tu premio...) |
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wason-lp
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14 Nov 2003 |
Bueno Pabs, pues gracias por ponerlo de post-it, pero igual te desilusiona....no es tan bueno como aquel del concurso... y no trata a los personajes del Diablo, pero en fin.
P.D.: jeje es verdad lo del premio... a ver cando coincidimos |
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Elemental de Fuego
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12 Sep 2004 |
Hola.
Que buen cuento amigo,hey podrias poner el link para leer el cuento con el cual ganaste el concurso del cual hablan,solo si esta disponible digo...  |
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wason-lp
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Publicado: 01 Feb, 2005 - 06:39 PM
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Publicado: 24 Feb, 2005 - 10:05 AM
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Señor de los Elfos Malditos
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Lord del Sith
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19 Jun 2003 |
Woooooooooolassss!!! La verdad no se como se os ocurren historias tan buenas!!! Wason sigue asi tio y aver cuando nos posteas otra!!!
Venga Dwwwwwwwwwwwwwwwwwwwwwwww |
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Todas las cosas molonas que tenía en la firma ya no existen, así que nada!
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